|
|
|
|
Libros
con información sobre Tenerife
e Islas Canarias o libros escritos
por autores canarios.
|
|
|
Nuestra
sección de libros se actualiza
constantemente para mostrar las novedades
editoriales y la disponibilidad de
títulos de autores canarios.
Ofrecemos la posibilidad de publicar
los libros gratuitamente.
Más
información
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Aprendizaje
del silencio
Autor:
Carlos
Pino Grote
Editorial:
Ahora,
es siempre el final. - Mirada, abrazo, gesto
- Comienza el lento aprendizaje del silencio. |
|
|
|
|
|
|
|
Tiempo
de Ensueños Autor:
Graciano
Peraita Editorial:
Sus
versos son del género más difícil
del que sólo pueden vencer los grandes
maestros; poesía desnuda y sincera.
Por eso usted no la consigue siempre, pero
sí a veces, lo que ya es bastante.
Por ejemplo en los poemas "Mi tiempo
se ha detenido" - digno de Rosalía
- , "Otoño en mi vida" o
"De ese dolor". Le felicito por
tales aciertos y le agradezco su obsequio".
Gerardo Diego, Madrid, 14 febrero de 1959. |
|
|
|
|
|
|
|
La
ventana en el rostro
Autor:
Roque
Dalton
Prólogo:
Mario
Benedetti
Editorial:
Ediciones
de Baile del Sol
Cuando
un poeta llega a dar su vida en las luchas
políticas, la inmediata posteridad
suele explicablemente dramatizar el holocausto,
poniendo el acento en la zona más
grave y riesgosa de su compromiso, y a veces
(pero no siempre) en el nivel más
profundo de indagación artística.
En España fue el caso de Miguel Hernández
y García Lorca; en América
Latina, el de Otto René Castillo,
Ibero Gutiérrez, Javier Heraud, Ricardo
Morales, Leonel Rugama, Francisco Urondo
y también Roque Dalton.
Sin embargo, ese justo rescate de una actitud
coherente y valerosa, corre el riesgo, sobre
todo en este último caso, de opacar
otro rasgo primordial, por cierto no tan
frecuente en la poesía latino-americana;
el ejercicio del humor. En el caso de Roque
Dalton, más que hablar de humor en
poesía, habría que hablar
de humor poético. En poetas como
Huerta o Nazoa es dable detectar el humor
casi en estado de pureza, y debe reconocerse
que esa limpidez consolida su eficacia y
ayuda grandemente a que el lector asimile
o adivine el contexto poético que
rodea aquel chispazo. Roque en cambio elabora
poéticamente el humor; lo convierte
en poesía antes de soltarlo sobre
la página.
Desde su primer libro, La ventana enel rostro,
habla de "los pobres que basta la risa
confundimos / y a quienes la alegría
se de lágrimas". Y allí
también admite: "Está
uno y su cara. Uno y su cara / de santón
farsante". Este poeta, que en el trato
personal era un fabuloso narrador de chistes
(los coleccionaba, casi como un filatélico),
nunca llevó a su poesía la
broma en bruto, sino la metáfora
humorística, que por cierto no siempre
era sencilla o fácilmente asimilable,
ya que por lo común estaba rodeada
de resonancias culturales. Cuando menciona,
por ejemplo, que "las hojas se secaron
entre las obras de Dipling" o en el
brevísimo "Después de
la bomba atómica", cuando se
pregunta: "Polvo serán, mas
¿polvo enamorado?", el humor
se da en un ámbito de cultura, sin
el cual perdería su efecto.
Aún reconociendo la puntería
humorística de Roque, hay que señalar
que no todo su humor es festejable. A veces
nos propina un fustazo de ironía
y la sorpresa no nos deja espacio para la
risa. En más de una ocasión
(incluso en un largo reportaje que le hice
en 1969) Roque ha reconocido sus lazos con
el fútbol, el tango, el lunfardo
y el humor rioplatenses. Fundamentalmente
este último ha dejado indudable huella
en sus poemas. Mario Benedetti |
|
|
|
|
|
|
|
De
la trilla al ordeño
Autor: Casimiro
Díaz Hernández
Editorial:
Llanoazur
Ediciones
Con
Casimiro Díaz Hernández. De
la trilla al ordeño, Llanoazur ediciones
inicia la colección Gaveta, con la
que se pretende mantener viva la memoria
de nuestras tradiciones. Nace en Trebejos
(Vilaflor) en 1923, su vida transita por
los municipios de Arona y Vilaflor hasta
que en 1950 se traslada a Adeje, donde reside
en la actualidad.
Con Casimiro Díaz hemos aprendido
a sentir el amor por la tierra, nos ha enseñado
el valor de la vida, de su dureza, de sus
carencias. Por sus manos han pasado múltiples
ocupaciones; la agricultura de secano, la
construcción de carreteras, huertas,
el traslado de pinillo y retama de la cumbre
a la costa.
Con su llegada a Aponte (Adeje) amplía
su brega, comienza su dedicación
al cuidado de las cabras, de las que nos
va desgranando las costumbres y cuidados
que siguió; realizó labores
de guarda de la Federación de Caza;
y diversos quehaceres para la Casa Fuerte. |
|
|
|
|
|
|
|
Las
Palmeras Autor:
Francisco
J. Quevedo García Editorial:
La Caja Literaria Las
Palmeras es el nombre de la residencia de
la familia Maldonado. En su enorme jardín
hay una piscina ovalada con un elefante
azulejado en el fondo. Es un lugar extraordinario,
pero en el que la convivencia es particularmente
complicada.
Manuel Ortega, un periodista que se debate
entre su declive profesional, su soledad
y su recuerdos, conoce de manera causal
Las Palmeras y, sobre todo, a Lola Maldonado,
la hija de don Álvaro Maldonado,
el dueño de este espacio.
A partir de este momento, se produce en
la novela la reconstrucción de los
hechos que han marcado la singular relación
que se establece entre padre e hija. Manuel
Ortega es el personaje que mueve esa reconstrucción,
en un relato en que se esconde un misterio. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
Escritores
canarios
Beato
José de Anchieta (1534 - 1597)
Nació
el 19 de marzo de 1534 en San Cristóbal
de la Laguna (Tenerife). A los 14 años
ingresó al Colegio de Artes, anexo a la
Universidad en Coimbra, destacando como uno de
los mejores alumnos y como un gran poeta. Componía
versos latinos con extrema facilidad y era llamado
el "Canario de Coimbra".
El 1 de mayo de 1551 ingresó a la Compañía
de Jesús y comenzó sus estudios
de Filosofia. Debido a un enfermedad en 1553 partió
de Tejo (Lisboa) a Brasil, donde inició
su primera labor de catequesis con los indios
tupis.
En 1565
fue enviado a São Vicente de Rio de Janeiro,
donde colaboró en la construcción
de un colegio y del primer hospital de la ciudad
llamado la Casa de la Misericordia.
Este mismo año fue ordenado sacerdote.
Luego regresó a São Vicente, donde
por espacio de seis años colaboró
en el colegio además de realizar un importante
trabajo apostólico y literario.
Entre 1577 y 1587 fue designado superior de los
jesuítas en Brasil, incentivando aún
más el trabajo en las escuelas y la catequesis
con los niños.
Falleció el 9 de junio de 1597, a la edad
de 63 años. El 10 de agosto de 1736 el
Papa Clemente XII declaró al Padre Anchieta
como "Venerable".
|
|
|
|
|
|
|
|