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Tenerife
- Lugares de interés, históricos,
culturales y de diversión
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Conoce
los lugares para visitar de Tenerife
y disfruta de su repostería
tradicional. Visita el Puerto de la
Cruz y el Loro Parque, La Orotava
y la Casa de los Balcones Icod de
los Vinos y el Drago Milenario.
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Casa
de los Balcones |
Dirección:
Calle San Francisco 3- La Orotava
Teléfono: 922 330 629
Esta mansión del siglo XVII,
conocida como Casa de los Balcones,
es quizá el lugar más
frecuentado de la distinguida villa
colonial de La Orotava.
Unos bonitos tiestos repletos de geranios
decoran los balcones que se asoman
a la calle de San Francisco. Traspasada
la imponente puerta principal aparecen
el patio interior, con una gran escalera
y, en el piso superior, una alegría
de madera exquisitamente tallada.
Las plantas, la cerámica y
un viejo lagar confieren a la mansión
una serena y fresca elegancia. La
historia del edificio se narra en
el museo instalado en la planta alta;
originariamente constaba de dos viviendas
independientes construidas hacia 1672
para sendas familias acaudaladas.
Abajo, en la tienda de recuerdos y
artesanía donde recalan los
autocares de turistas, los artesanos
que lían puros, trenzan cestos
o colorean arena para el Corpus Christi
constituyen una atracción añadida.
Aquí se vende también,
además de recuerdos a buen
precio, una diversa gama de productos
de calidad, como mantelerías
y ropa de cama con bordados y calados
tradicionales. Ciertas labores pequeñas
- por ejemplo los pañuelos
- se pueden adquirir a precios razonables.
Algunos bordados se elaboran a la
vista del visitante, pues la casa
de los Balcones goza de mucha reputación
como escuela del ramo. Desde hace
más de 50 años grupos
de alumnos aprenden las técnicas
y patrones del bordado canario, que
de no ser por los esfuerzos de esta
institución quizá habría
desaparecido.
La Orotava posee uno de los conjuntos
arquitectónicos más
bellos y mejor conservados del archipiélago.
El paseo por sus calles y plazas complementa
la visita a la casa de los Balcones. |
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Drago
Milenario |
Direccón:
Junto a la Iglesia Parroquial de San
Marcos, Icod de Los Vinos.
Plaza de la Constitución, 1.
Teléfono: 922 815 631
Horario: Abre diariamente de 10 a
18 horas
El drago es una especie típica
de las Canarias. Este portentoso y
antiquísimo ejemplar se ha
convertido en uno de los símbolos
de la isla.
¿Cuántos
años tiene este árbol
extraordinario? La edad del Drago
Milenario, exageradamente, se cifra
a menudo en 2.000 o incluso 3.000
años; en realidad, este majestuoso
ejemplar no supera probablemente los
600 años de vida.
Quizá revista más interés
el hecho de que la especie - Dracaena
draco - apenas haya evolucionado desde
el tiempo de los dinosaurios. El drago
ha despertado fascinación desde
hace siglos, y no sólo entre
botánicos y naturalistas, sino
también entre todos aquellos
sensibles a la magia y el misterio.
Los elementos que han forjado su leyenda
son, sin duda, su peculiar aspecto
prehistórico - crece como un
ramillete de troncos que se abren
componiendo la característica
copa con forma de seta-, que lo distingue
de otros árboles, y las mágicas
propiedades atribuidas a su savia,
llamada “sangre de drago”
porque se vuelve roja en contacto
con el aire; muy preciada desde la
Antigüedad, con ella se fabricaban
productos cosméticos, pócimas
medicinales y hasta barnices para
los Stradivarius.
Se sabe que el drago era venerado
por los primitivos habitantes de la
isla, que utilizaban su savia y su
corteza en los embalsamamientos. Con
17 metros de altura y 6 metros de
diámetro, el Drago Milenario
es la principal atracción de
Icod, atractiva localidad vinícola
de la costa norte.
Aquí existía uno de
los mayores asentamientos guanches
cuando llegaron los europeos, y el
drago era ya maduro en tiempos de
conquista. El gigante está
hoy protegido por jardines, y los
bares y tiendas de recuerdos que lo
rodean sacan partido de su leyenda.
La preciosa casa del Drago, una tienda
tradicional, constituye una atracción
en sí misma. |
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Jardín
Botánico |
C/
Retama, 2 - Puerto de la Cruz
Teléfono: 922 389 464 - 922
383 572
Fax 922 371 596
Horario (diario): Jardín: 9.00
a.m. - 19.00 p.m. (1 abril a 30 septiembre)
9.00 a.m. - 18.00 p.m. (1 octubre
a 31 marzo)
Cerrado: 1 de enero, Viernes Santo
y 25 de diciembre
Biblioteca y Herbario: 9.00 a.m. -
13.00 p.m. (lunes a viernes)
Uno de los lugares más apasionantes
para pasar unas horas en el Puerto
de la Cruz es el exuberante Jardín
Botánico, lleno de especies
exóticas.
Este
es un sitio perfecto para descansar
del sol y disfrutar de un momento
de tranquilidad. Aquí, en un
umbroso y apacible parque de sólo
2,5 hectáreas, crecen cientos
de variedades de plantas. Casi todo
lo que se ve en el Jardín Botánico
procede de tierras lejanas. Una de
las especies que más llama
la atención es un colosal Picus
de 200 años, traído
de Suramérica que hoy se yergue
sobre la asombrosa plataforma de sus
raíces; como las demás
plantas, ha arraigado en suelo extraño,
lo que testimonia la benignidad del
clima y las peculiares condiciones
de la isla.
El jardín fue creado en 1788
por orden de Carlos III en un intento
de aclimatar plantas en zonas distintas
de su lugar de procedencia. El objetivo
era averiguar si determinadas especies
de gran utilidad que crecían
en las colonias podían sobrevivir
en otras latitudes, pues en aquella
época se desconocía
por qué algunas plantas viven
sólo en ciertas partes del
mundo; de ahí que el nombre
oficial del Jardín Botánico
sea Jardín de Aclimatación
de La Orotava.
La prodigiosa diversidad de especies
incluye miles de variedades. Pimenteros,
árboles del pan, caneleros
y tuliperos conviven con cafetos y
mangos. Los amantes de las plantas
exóticas gozarán contemplando
las orquídeas de invernadero
que hay en el Jardín Botánico.
Las especies tropicales que crecieron
en la isla de Tenerife fueron llevadas
después a los jardines botánicos
de Madrid y Aranjuez para comprobar
si, tras su periodo de adaptación
al clima tinerfeño, podían
“aprender” a sobrevivir
en otras partes del país; pero,
en la mayoría de los casos,
los fríos inviernos de la España
peninsular hicieron fracasar el intento. |
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Lago
Martíanez |
Dirección:
Puerto de la Cruz
Horario: de 10 a 17 h.
Teléfono: 922 385 955
Pese a su solera como localidad turística,
al Puerto le faltaba algo fundamental
en los nuevos tiempos del turismo de
masas: una playa aceptable.
La
solución fue este complejo
marítimo concebido por el artista
lanzaroteño César Manrique
y terminado en 1977. A Manrique se
le debe igualmente Playa Jardín,
también en el Puerto de la
Cruz, un proyecto que llevó
a cabo en 1992.
En la década de los setenta,
ante la creciente demanda de turismo
de sol y playa, se consultó
a César Manrique, que ya había
combinado en Lanzarote la explotación
comercial de los espacios naturales
con el respeto por el entorno.
Manrique tenía ideas muy claras
sobre el turismo de masas: reportaría
grandes beneficios a las islas, pero
a cambio de deteriorar el entorno,
la cultura autóctona y la arquitectura
tradicional. El turismo, en su opinión,
debía fomentarse respetando
pautas muy estrictas de calidad y
creatividad.
César Manrique revolucionó
el concepto de las infraestructuras
turísticas armonizando sabia
y magistralmente la explotación
del entorno con su conservación.
La utilización de elementos
propios, como los materiales volcánicos
y la flora autóctona, en combinación
con técnicas y construcciones
tradicionales y un respeto religioso
por el entorno natural, constituye
el sello inconfundible de este artista
lanzaroteño.
Promocionado internacionalmente con
varios, nombre (Costa Martiánez,
Lido de San Telmo, Lido de Martiánez),
el lago, que ha alcanzado gran éxito,
contiene unos 27.000 m3 de agua de
mar filtrada y consta de ocho piscinas
de elegantes formas y un lago, salpicados
de alegres fuentes e islotes cubiertos
de vegetación. Al borde del
agua, las terrazas para tomar el sol,
sombreadas por palmeras, están
construidas con piedra volcánica
blanda y negra, y por todo el recinto
se aprecia el ingenio creativo de
Manrique. |
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Garachico
Durante
200 años, los navíos se hacían
a la mar cargados de vino y azúcar desde
Garachico. Pero en una sola noche el puerto quedó
destruido.
Convertido
en puerto por el comerciante genovés Cristóbal
de Ponte en 1496, el primitivo Garachico llegó
a ser una próspera villa colonial, condición
que mantuvo durante dos siglos; hoy yace enterrado
bajo el pueblo actual. El 5 de mayo de 1706, el
volcán de Arenas Negras (situado al sur)
entró en erupción y un río
de lava sepultó villa y puerto.
Los isleños trazaron nuevas calles sobre
el suelo volcánico, pero el puerto jamás
se recupero.
El antiguo convento de San Francisco, anterior
a la erupción, alberga la Casa de la Cultura
y el Museo de Ciencias Naturales, con una modesta
exposición de flora, fauna e historia locales;
no se pierda las pinturas que ilustran el recorrido
de la lava.
En la misma plaza está la casa de los Condes
de la Gomera, que presenta una elegante fachada
de cantería almohadillada, y la iglesia
de Santa Ana (Siglo XVI), aunque reconstruida
tras un incendio en el siglo XVII.
La bella portada de este templo, uno de los pocos
vestigios del edificio primitivo, da paso a un
interior donde destaca el arte de los canteros,
imagineros y orfebres canarios.
El parque Puerta de Tierra, junto a la plaza de
Juan González de la Torre, formó
parte del puerto, y el enorme arco que señalaba
la entrada de este ha sido recuperado de la lava
y erigido nuevamente en la plaza.
Si quiere contemplar una vista extraordinaria,
suba a lo alto del castillo de San Miguel. Esta
fortaleza del siglo XVII, propiedad de los condes
de La Gomera, cuyo escudo ostenta, resistió
el embate del volcán y hoy cobija un pequeño
museo y un puesto de artesanía. Por una
escalera se baja hasta el mar, donde la lava ha
creado caprichosas piscinas naturales. |
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Icod
de los Vinos
Pasado
el Puerto de la Cruz, en la ladera del monte se
asienta el bonito pueblo de Icod de los Vinos,
famoso por sus caldos.
Uno de los
momentos estelares de cualquier recorrido por
la isla de Tenerife es la visita a Icod de los
Vinos, cuyo principal atractivo es el gigantesco
árbol conocido -con licencia poética-
como Drago Milenario.
Pero el pueblo de Icod de los Vinos tiene también
otros encantos. La plaza Andrés de Lorenzo
Cáceres, además de ofrecer vistas
del drago, posee la preciosa iglesia de San Marcos,
del siglo XVI, con un retablo barroco, techo artesonado
y una magnífica cruz de dos metros de altura,
obra maestra de la platería mexicana.
A poca distancia, el mariposario del Drago encierra
un amplio muestrario de bellísimas especies
tropicales.
Como su nombre deja claro, el pueblo de Icod es
conocido también por sus caldos.
En las tiendas próximas a la plaza como
la Casa del Vino o la Casa del Drago podrá
degustar varios caldos y comprar alguno. |
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